La historia es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método, el propio de las ciencias sociales.
Se denomina también “historia” al periodo que transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.
Más allá de las acepciones propias de la ciencia histórica, “historia”, en el lenguaje usual, es la narración de cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras; sea su propósito el engaño, el placer estético o cualquier otro (ficción histórica).
Por el contrario, el propósito de la ciencia histórica es averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado e interpretarlos ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la posibilidad de cumplimiento de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos objetos de debate.
En medicina se utiliza el concepto de historia clínica para el registro de datos sanitarios significativos de un paciente, que se remontan hasta su nacimiento o incluso a su herencia genética.
A su vez, llamamos “historia” al pasado mismo, e, incluso, puede hablarse de una “historia natural” en que la humanidad no estaba presente “(término clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse no solo a la geología y la paleontología sino también a muchas otras ciencias naturales –las fronteras entre el campo al que se refiere este término y el de la prehistoria y la arqueología son imprecisas, a través de la paleoantropología–, y que se pretende actualizar como “gran historia” o “historia profunda”)”.
El tiempo lo podemos fragmentar en:
Para situar un acontecimiento en un siglo, debemos saber a qué siglo corresponde un determinado año. Partimos del siglo I, que incluye los años que discurren desde el año 1 hasta el 100. Algunos ejemplos serían:
Para saber a qué siglo corresponde una fecha determinada se observa la cifra correspondiente a las centenas y se le suma 1. En el gráfico siguiente, se muestran algunos ejemplos prácticos para realizar estos cálculos.
Esta táctica no sirve para los años terminados en «00». En ellos la cifra o cifras que preceden a los dos ceros indican el siglo. Así, el año 100 pertenece al siglo 1, y el año 2000 al siglo XX.
La Historia de los humanos es tan larga que hemos tenido que dividirla en varias fases para estudiarla mejor.
La división tradicional del tiempo histórico que se ha hecho en Europa se basa en su fragmentación en cinco etapas:
Las fuentes históricas son la materia prima que emplea el historiador para recuperar el pasado. Sin uso adecuado de las fuentes no existe rigor en el trabajo histórico y no podemos hablar de ciencia histórica. Existen dos tipos de fuentes: primarias y secundarias.